Como abogado especializado en defensa de menores, he visto el miedo en los ojos de padres que sufren agresión física por parte de sus hijos menores. Si estás viviendo esta situación, quiero que sepas que no estás solo. Miles de familias atraviesan este doloroso camino cada año en España. Te prometo que en este artículo encontrarás las medidas específicas que puedes tomar, tanto desde el ámbito legal como terapéutico, para protegerte y ayudar a tu hijo. Vamos a analizar paso a paso qué hacer cuando la violencia filioparental irrumpe en tu hogar.
¿Qué hacer inmediatamente tras sufrir una agresión de tu hijo menor?
Cuando un menor ejerce violencia física contra sus padres, la reacción inmediata suele ser de shock y confusión. En mis años de experiencia, he comprobado que muchas familias tardan meses, incluso años, en buscar ayuda. Este es el primer error.
Las medidas inmediatas que recomiendo son:
- Garantizar tu seguridad física y la de otros miembros de la familia
- Contactar con el 112 si la situación es grave o hay riesgo inminente
- Documentar las lesiones (fotografías, parte médico) si las hubiera
- Buscar un espacio seguro para calmarse y reflexionar
Recuerdo el caso de María (nombre ficticio), cuyo hijo de 16 años la empujó contra una pared causándole un esguince. «Me daba vergüenza contarlo, pensaba que era mi culpa», me confesó. Tardó tres meses en denunciar, y para entonces el patrón de violencia ya estaba profundamente arraigado.
Medidas legales específicas frente a la violencia filioparental
Cuando un menor agrede físicamente a sus padres, la Ley Orgánica 5/2000 de Responsabilidad Penal del Menor (LORPM) establece un marco de actuación específico. A diferencia del sistema penal adulto, aquí el objetivo principal es reeducativo y no punitivo.
Denuncia y proceso judicial
La denuncia por agresión física de un hijo a sus padres puede presentarse en:
- Comisaría de Policía
- Guardia Civil
- Juzgado de Guardia
- Fiscalía de Menores (recomendable por su especialización)
Tras la denuncia, el caso pasa a la Fiscalía de Menores, que puede adoptar diversas medidas según el art. 7 LORPM. En mi experiencia, lo más habitual en estos casos es que se apliquen:
Medidas cautelares inmediatas
El art. 28 LORPM permite adoptar medidas cautelares para proteger a la víctima mientras se tramita el expediente:
- Alejamiento temporal del menor respecto a sus padres
- Convivencia con grupo educativo o familia distinta
- Libertad vigilada con seguimiento por educadores
Como abogado defensor de menores, siempre intento que estas medidas tengan el menor impacto posible en la vida del adolescente, pero garantizando la seguridad familiar.
Intervención terapéutica: pilar fundamental ante la violencia de hijos a padres
La respuesta puramente legal resulta insuficiente cuando hablamos de agresiones de menores hacia sus progenitores. La experiencia me ha enseñado que sin intervención terapéutica, las medidas judiciales tienen un efecto limitado.
Los programas más efectivos incluyen:
- Terapia familiar sistémica: aborda dinámicas disfuncionales
- Entrenamiento en habilidades parentales: refuerza la autoridad
- Control de impulsos para el menor: técnicas específicas
- Mediación familiar: restaura canales de comunicación
Según datos de la Fiscalía General del Estado, los casos donde se combina intervención judicial y terapéutica tienen un índice de reincidencia inferior al 20%, frente al 65% cuando solo se aplican medidas legales.
Protocolo de actuación en centros educativos ante la violencia filioparental
Los centros educativos pueden ser grandes aliados en la detección y prevención de la violencia física de menores hacia sus padres. Muchos institutos cuentan ya con protocolos específicos que incluyen:
Detección temprana
- Formación al profesorado para identificar señales de alerta
- Entrevistas periódicas con familias en situación de riesgo
- Coordinación con Servicios Sociales municipales
Recuerdo el caso de un centro de Madrid que, tras detectar cambios conductuales en un alumno, activó un protocolo que permitió descubrir una situación de violencia hacia su madre antes de que escalara a agresiones físicas graves.
Medidas socioeducativas impuestas por el Juzgado de Menores
Cuando el caso llega al Juzgado de Menores, las medidas aplicables al menor que agrede a sus padres están recogidas en el art. 7 LORPM. Las más frecuentes en casos de violencia filioparental son:
- Libertad vigilada con seguimiento por parte de educadores (6-12 meses)
- Convivencia con otra familia o grupo educativo (3-9 meses)
- Tareas socioeducativas específicas sobre control de la ira
- Tratamiento ambulatorio psicológico obligatorio
- Internamiento en régimen semiabierto en casos graves o reincidentes
La Audiencia Provincial de Madrid, en su sentencia 103/2019 de 15 de marzo, estableció que «en los casos de violencia filioparental, la medida debe priorizar la reeducación del menor y la restauración de las relaciones familiares, optando por el internamiento solo cuando otras medidas menos restrictivas hayan fracasado».
Preguntas frecuentes sobre agresiones físicas de menores a sus padres
¿Puedo denunciar a mi hijo menor por agresión física?
Sí, los padres tienen derecho a denunciar a sus hijos menores por agresión física. Aunque emocionalmente sea difícil, la denuncia puede ser el primer paso para acceder a recursos especializados. La Fiscalía de Menores valorará cada caso individualmente, priorizando medidas reeducativas sobre las punitivas. Mi recomendación es acudir primero a la Fiscalía de Menores para recibir orientación específica antes de formalizar la denuncia.
¿Qué consecuencias tiene para un menor agredir físicamente a sus padres?
Las consecuencias dependen de la gravedad de la agresión, la edad del menor y sus circunstancias personales. Para menores entre 14-18 años, pueden ir desde la mediación extrajudicial (sin antecedentes) hasta medidas como libertad vigilada, convivencia con grupo educativo o, en casos graves, internamiento en centro de menores. El objetivo principal siempre es reeducativo, no punitivo, por lo que se prioriza la intervención terapéutica.
¿Existen programas específicos para menores que agreden a sus padres?
Sí, existen programas especializados en violencia filioparental como «Recurra-GINSO», «Amalgama7» o los desarrollados por la Fundación Amigó. Estos programas combinan terapia individual para el menor, intervención familiar y entrenamiento en habilidades parentales. Algunos son de acceso privado, pero cada vez más Comunidades Autónomas ofrecen recursos públicos específicos, accesibles a través de Servicios Sociales o por derivación judicial.
Conclusión: un camino difícil pero con esperanza
Enfrentar la violencia física de un hijo menor hacia sus padres requiere valentía y determinación. Como abogado especializado en menores, he visto familias que han logrado superar estas crisis y reconstruir relaciones sanas. La clave está en actuar temprano, combinar medidas legales y terapéuticas, y entender que detrás de la violencia suele haber un adolescente que también sufre.
Si estás viviendo esta situación, no esperes a que la violencia escale. Busca ayuda profesional, protege tu integridad física y emocional, y recuerda que existen recursos específicos para ayudarte. El camino no es fácil, pero con el apoyo adecuado, es posible recuperar la paz en tu hogar y ayudar a tu hijo a desarrollar formas saludables de relacionarse.


